Notisiero Fojeteiros- Paja, cubata (noticia especial 01 - 2014)

NOTISIERO FOJETEIROS
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El Arsenal está viviendo una de sus peores temporadas en la SLF, tal es así que el manager estuvo un tiempo en depresión, con la correspondiente botella pegada a la mano que ello conlleva.
El equipo quiere pero no puede, por mucho que se esfuerce en convencer a los jugadores de que "ellos son las máquinas (que no cpus)" no consigue motivarlos.
Ante tanta pasividad por parte de su plantilla el entrenador está deseando que comience la temporada juvenil, quiere ver cómo funcionan los jóvenes talentos y ver si alguno de ellos puede cambiar el rumbo del primer equipo. Algunos de los nombres que suenan con fuerza para reforzar al primer equipo, debido a la falta de liquidez, son Memphis Depay, Ivan Cabaleiro o Andreas Weimann. El que más papeletas tiene es sin duda Memphis Depay, un talento holandés que tiene mucho que ofrecer a los gunners.

Volviendo al tema penumbroso del manager, nos han llegado unas cartas que él mismo escribio en estado ebrio en esas duras noches londinenses.

Paja, cubata.
Hace dos meses que no escribo. ¿Qué son dos meses? Paja, cubata, bonsai, paja, pizza, starcraft, paja, pizza, cubata, cubata, caña, paja, gritos de mi madre, gritos de mi novia, paja, perros voladores, cubata. Éso son dos meses. Nada.

Ya no siento como un vidrio roto en el pecho al respirar. A lo mejor éso significa que ya no tengo depresión. En la peor fase de mi patología, hace aproximadamente un año, le dije a Dios que yo no quería ser feliz que lo único que quería era dejar de estar triste. Creo que sus ojos se posaron en mí como dos águilas y tuvo piedad para su hijo más retrasado, así que después de millones de microgramos de antidepresivos galopando por mis venas durante más de 13 meses pues ya empiezo a sentirme pepi y a recoger en cada esquina de esta ciudad un pedacito del milagro que es ser el puto Tato.

Mi querido psiquitra me preguntó que cuándo pensaba yo que había empezado a recuperarme. Le contesté (con menor lirismo tal vez):

"Una noche llegué a casa, me senté y miré a mi perro mientras calcetaba. Observé las agujas. Aquella batalla de estalactitas de plata, ese baile de erizos, me consoló. Era hermoso. Una madre calcetando es hermosa, un perro calcetando lo es aún más. Y me miró con esas dos enormes Lunas de comprensión que tantas veces han tenido la desgracia de mirarme.

-Ojalá yo hubiera sido tan fácil de ser tejido.
-Tú me has dado más guerra que cualquier calceta que haya pasado por mis manos, Tato.
-Y encima no abrigo.

Entonces nos reímos los dos."

Pero no todo está hecho, me espera un año duro. Un año donde me deshojaré yo solo en la soledad ridícula de mi habitación. Tengo mucho que meditar, así que generalmente pasaré mi tiempo a solas creando nuevas tácticas para mis pupilos. No me importa, de hecho encuentro placentera la soledad. Nunca he sabido cómo tratar a las demás personas. Tal vez debería de subir a una montaña con un cuchillo y un paquete de folios y no volver a la civilización en meses hasta que haya terminado mi gran poemario de temática zombie post-existencialista, pero a lo mejor soy demasiado cobarde y tengo miedo a que lo que escriba sea una mierda o a que un caballo me meta la polla por una oreja y el cerebro me salga por la otra. En fin. Quizás....

Mi vida es ejemplar, ascensión, caída y resurrección. Catarsis, revelación, arrepentimiento. Todos los estados del alma en un sólo hombre y en una sola vida. ¿Es posible la humildad ante tales credenciales? Pues sí. Al fin y al cabo ¿quién soy yo? Un adicto a la tristeza que se entretiene juntando palabras, una huella de bebé en la arena, luces, sombras, paja, cubata. Éso soy yo. Nada.

Tras leer estas palabras, el club decidió enviar a Juan Parley para ayudar al manager a superar este mal momento. Las fobias del entrenador, destacó el señor Parley, son los remates de cabeza imparables y los pinpones infinitos. ¿Cómo van los chavales a combatir eso? ¿Acaso son unos jodidos perros de presa?
Chiellini, que es alto, rápido y va muy bien de cabeza parece ser que tiene un ligero retraso mental, al igual que Juanito Evans, pues ninguno de los dos es quien de repeler esa incesante acometida de centros, como si se tratasen de bofetadas del mismo Honda del Street Fighter.
Ante todo este panorama sólo queda dejar pasar el tiempo, solo quedan pajas y cubatas. Pajas y cubatas para los jugadores, que están castigados sin ir a casa por Navidad. Castigados sin follar hasta que aprendan a saltar y rematar.
Hemos llegado a este extremo, pero había que hacer algo: Atar a los jugadores por los pies a pedazos de cemento de 50 kg y tirarlos al mar. Si son luchadores y tienen pelotas, saldrán a flote. Si son unas nenazas que y nada les importa, se ahogarán en su propia mierda.